¡Hola a todas y a todos! En esta nueva entrada del blog me gustaría hablaros de algo que es muy importante para mantener una buena autoestima. ¡Espero que disfrutéis de este artículo!
¿Cómo nos influye el amor propio?
Sea el momento que sea y sean las circunstancias que sean, que no te falte amor propio. Quererse a uno mismo tiene el poder de sanar heridas emocionales y recomponer todas esas partes que habitan en nosotros y parecen estar rotas. Quererse, cuidarse, valorarse, aceptarse y sentirse merecedor de cosas buenas es necesario para nuestro bienestar.
El amor propio se ha de cuidar día tras día. Todas las personas necesitamos cuidar nuestro sentimiento de valía, autoapreciación y capacidad para construir una vida significativa, aquella vida que queremos, ¡la vida que merecemos!
Si yo no me quiero de una forma sana, si no me quiero como realmente merezco, esperaré constantemente que los demás me den lo que me falta. Esto pocas veces sucede y de ahí el eterno sufrimiento y el comienzo de relaciones basadas en la dependencia emocional.
El amor propio va más allá de sentirse bien con nosotros mismos. Es un estado de amor constante por cada cosa que hacemos, por todo aquello que nos hace sentir bien y crecer como personas.
La calma se encuentra en amar quienes somos respetando a los demás, en posicionarnos en el mundo para alcanzar lo que deseamos, pero sabiendo vivir en armonía con el resto de personas.
¿Cuánto te quieres? ¿Cuánto tiempo te dedicas? ¿Cuánto te cuidas, te valoras o te aceptas? ¿Cómo te tratas? Te invito a pensar en esto.
Por desgracia, tenemos la mala costumbre de olvidarnos de nosotros mismos.
¡Empecemos por algo sencillo!
La forma que tenemos de hablarnos influye mucho más de lo que creemos en cómo nos sentimos. Los mensajes que recibimos, ya sea del exterior o de nosotros mismos, tienen mucho más peso de lo que nos imaginamos. A menudo crecemos recibiendo todo tipo de mensajes sobre quiénes somos o quiénes deberíamos ser, qué sentimos o qué deberíamos sentir y cómo actuamos o cómo deberíamos hacerlo. Familiares, cuidadores, profesores, amigos, compañeros, etc. todos tienen algo que decirnos.
¿Te habías planteado que, quizás, te hablas o te diriges a ti mismo de la misma forma que lo hacían alguna de estas personas? ¿Y te habías parado a pensar cuánto te daña esa forma de hablarte? Las respuestas a estas preguntas te sorprenderán y por ello vuelvo a animarte a reflexionar sobre esto.
Conclusión
La cuestión que quiero enseñaros en este artículo es que si nos despreciamos y/o rechazamos, es decir, si tenemos una comunicación negativa y dañina hacia nosotros mismos, es mucho más probable que desarrollemos sintomatología depresiva, sintomatología ansiosa, baja autoestima, relaciones de dependencia emocional, etc.
Cómo dijo Elizabeth Alraune: “Eres tan increíble como te dejas a ti mismo serlo”. Empieza a repetírtelo porque amarse es maravilloso y abrazar nuestras partes rotas también lo es. Sabemos que esto no es fácil, por eso queremos acompañarte en ese proceso tan bonito.
Cómo ves, el amor propio y el autocuidado se construyen poco a poco, se tejen con mucho cuidado y paciencia, pero sobre todo se trabajan cada día.
Querernos ser tu sostén, queremos estar a tu lado, coger tu mano y ayudarte a conseguir esa calma y bienestar que todos merecemos.
Cuanta razón en todo lo que decís. Yo he estado muchos años queriéndome poco, no abrazándome ni queriéndome con cariño. Hoy en día, después de varias experiencias muy dañinas, imagino consecuencia de mi baja autoestima, lo veo tan diferente.. Soy compasiva conmigo mismo, me habla con cariño, abrazo a mi niña interior y me cuido mucho. He aprendido a poner límites, otros todavía me cuestan pero trabajo en ello y me regalo muchos momentos de amor propio, cada vez los disfruto y necesito más. Muchas gracias por hacerme reflexionar… 🙏